Debido a que el capítulo 4 de "La Odísea de Pedro" es demasíado bueno cómo para ser leído todo entero, con mi agente publicitario y mi manager (??) decidimos dividir este capítulo en 2 partes, lo que hara que el lector este aún más ansioso por continuar el seguimiento de la historia y estará mucho más intrigado. Espero que sepan comprender que el cuento es demasiado excelente (y corto también), razón por lo cuál se publica de a poco, con grandes intervalos de tiempo y ahora, con capítulos divididos. Mis representantes (?) opinan que esto es lo mejor, y, personalmente, yo también. Esta medida puede tomarse en otros capítulos también. Un cordial saludo.
Franco.
Ajaja, después de esta linda introducción, aca está el capítulo 4:
Los caballos, cómo si hubieran entendido el grito de Lucas, empezaron a galopar con todas sus fuerzas, ignorando por completo la maleza del bosque. Muchos hombres que estaban en sus caballos, incluído Pedro, fueron tomados por sorpresa por la rápida huida de sus animales, por lo que cayeron del animal y debieron huir a pie. Por suerte, los soldados que habían caído no llevaban armadura pesada, tan sólo lo nesecario para su protección. Al caer, pudieron levantarse rápidamente y correr con toda su velocidad. A lo lejos, Pedro alcanzó a ver a los pumas surgiendo de entre las plantas y persiguiendo a los caballeros.
El chico corrió y corrió hasta que alcanzó a sus compañeros. Los equinos los habían conducido hacía un lugar cercano a una cascada. Las rocas rodeaban absolutamente todos los alrededores. No había forma de salir.
Los soldados bajaron de los caballos y desenvainaron sus espadas. Luego de unos minutos de tensión, los pumas se acercaron lentamente. Eran 20, aunque su ferocidad era comparable a la de mil hombres que no habían comido en mucho tiempo.
Uno de los felinos, el más grande, emitió un potente rugido y atacó a los Yonseanos. Inmediatamente, el resto de los pumas hicieron lo mismo. La odisea de Pedro había empezado.
TO BE CONTINUED...